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El pacto detrás de la islamización de Bélgica

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Los brutales atentados musulmanes ocurridos en Bélgica y los  de París -que procedieron de ese país‒ llevan a preguntarse cómo y por qué ocurrió la islamización de Bélgica.

El atentado en la estación de metro

Bélgica aceptó el chantaje suicida de Arabia Saudita: petróleo crudo a cambio de Islam. El Rey Balduino firmó la transformación del «laboratorio multicultural» en un nido de la yihad.

El mundo ha asistido horrorizado, una vez más, a los atentados que los seguidores del Islam han realizado en ese país.

Pero, ¿cómo llegaron esos musulmanes a constituirse como una fuerza en Bélgica?

En 1974, en medio de la crisis del petróleo, el Rey Balduino creyó tener una gran habilidad estrechando sus relaciones con Arabia Saudita. Fue así que en 1974 el gobierno belga reconoció oficialmente la religión islámica, siendo el primer país europeo que lo hizo. Un año después la religión islámica fue incluida en el programa escolar.

¿De quién fue la decisión? Según el máximo estudioso del Islam en Bélgica, Michael Foglio Privot, del católico y austero Rey Balduino. ¿Por qué? Porque Bélgica estaba buscando suministros de petróleo en Arabia Saudita. No contento con esto, el mismo Rey les dio en alquiler por 99 años un edificio situado a 200 metros de la sede de la Unión Europea. Arabia Saudita lo transformó rápidamente en la Gran mezquita, convirtiéndose de hecho en la autoridad sobre todos los musulmanes residentes en Bélgica. A finales del los 90 se estableció una autoridad formal: el Ejecutivo de los Musulmanes en Bélgica.

El Rey Balduino, quien abrió las puertas al terror islámico a cambio de petróleo

El pacto con Bélgica es parte de un proyecto global más amplio: desde 1979, las autoridades saudíes han pasado más de sesenta millones de euros para la propagación del wahabismo en el mundo, una visión del Islam que se basa en el monoteísmo absoluto (tawhid), la prohibición de innovaciones (bid’ah), el rechazo de todo lo que no es musulmán, la excomunión de los «infieles» (takfir) y la lucha armada (jihad). Arabia Saudita dona cada año un millón de euros a veinte mezquitas del barrio Molenbeek en Bruselas para su renovación y mantenimiento.

¿Cómo Molenbeek, el «Pequeño Manchester» del alcalde socialista Philippe Moureaux, llamado con orgullo «laboratorio socio-multicultural», se ha convertido en la sede de la jihad Europea desde Atocha hasta el Bataclan?

La hegemonía de los saudíes, introducidos en Bélgica por su Rey, tiene un enfoque salafista y wahabí, el mismo que hoy inspira al Estado islámico (de hecho Arabia Saudí es el principal país en el que recluta a los militantes del ISIS).

Uno de los atentados de París

En 1983, el ministro de Educación belga con un decreto real también aprobó las operaciones de la Liga Islámica Mundial en Bruselas, que según Feliz Dassetto, sociólogo de la Universidad Católica de Lovaina, sirvió para transformar a Arabia Saudita en el «polo dominante en todo el mundo musulmán».

El mismo estudioso Privot, afirma: «Hoy en día, en Bruselas, el 95 por ciento de la oferta de cursos sobre el Islam está dirigido por los jóvenes predicadores formados en Arabia Saudita. Predicadores sauditas también han dado cientos de conferencias en Bélgica y por lo tanto han tenido un impacto fundamental en la comprensión del Islam por las nuevas generaciones. En cuanto a la adhesión a su versión del Islam, Arabia Saudita ha tenido una de las estructuras políticas y diplomáticas más poderosa. Y estamos pagando el precio ahora».

¿Cómo extrañarse, con estos antecedentes, de que hayan ocurrido esos atentados en Bélgica? Y también, ¿a quién puede sorprender que los atentados de París hayan sido planeados y realizados por personas que venían de Bélgica?

¿A quién agradeceremos este regalo? Ciertamente al astuto y muy católico Rey Balduino.

 

 

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04/04/2016 | Por | Categoría: Decadencia Occidente
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