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Cuando la realeza promueve la Revolución …

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Mientras el mundo se enfrenta a los esfuerzos de la Revolución homosexual para subvertir la moral pública con respecto a los actos homosexuales ‒instando a la gente a rechazar las enseñanzas perennes de la Iglesia católica y de la ley natural moral que enseña que los actos homosexuales son «intrínsecamente desordenados» y «pecados graves», y tratando de que tales actos sean aceptados por todos como algo perfectamente normal‒ es doloroso ver que la Princesa Victoria de Suecia utilice el prestigio de la Corona para promover la agenda homosexual.

El 4 de febrero, la heredera al trono sueco se presentó inesperadamente en la «Gala Gay of the Year», en Estocolmo, un evento anual organizado por la revista escandinava QX, y le dio el premio «Gay del Año» al comediante Jonas Gardell (clic aquí para leer The Local de febrero . 5, 2013 noticia).

Pocas cosas tienen mayor influencia sobre las mentes y las almas que el liderazgo natural de la realeza y de la nobleza. Por lo tanto, es una tragedia indescriptible cuando se abusa de esta influencia para promover la agenda revolucionaria homosexual.

Esta gran influencia natural de la nobleza se debe utilizar únicamente para promover el bien común de su pueblo. Debe ser utilizado para promover la moral pública, nunca el pecado y el vicio. Si bien todos nosotros debemos esforzarnos por dar un buen ejemplo, la responsabilidad de hacerlo es mayor para la realeza y la nobleza. «A todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá. » (S. Lucas 12:48).

Guardando la proporción debida, la advertencia de Nuestro Señor a los Apóstoles, se aplica a nuestras élites también: «Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no sirve para nada más que para ser tirada afuera y pisoteada por los hombres.

Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte.

Ni tampoco se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa.

Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos» (S. Mateo 5:13-16).

Nuestras elites abandonan su misión de liderazgo, lo que constituye un gran peligro.

Nobility.org

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28/03/2013 | Por | Categoría: Decadencia Occidente
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