El Partido Comunista Chino incrementa la represión religiosa. Las masas de creyentes deben unirse al PCC. Se esperan nuevas restricciones sobre las actividades religiosas online. Las religiones no deben interferir en las actividades administrativas, judiciales ni educativas, como tampoco en la “vida social” del país.
China vigila y castiga propaganda religiosa
Los días 3 y 4 de diciembre, el Partido Comunista de China celebró la «Conferencia Nacional sobre el Trabajo en Asuntos Religiosos» en Beijing.
Xi Jinping subrayó el «problema» de la propaganda religiosa, el proselitismo no controlado por las autoridades estatales.
En Internet, según el presidente chino, todavía hay márgenes de libertad. Por ello, pretende realizar una acción mucho más eficaz de vigilancia y castigo a los fieles que utilizan las redes sociales para hacer proselitismo, o para criticar la política religiosa del gobierno.
Las religiones, instrumento del partido comunista chino
En cuanto al papel «positivo» de las religiones, el presidente espera que las cinco religiones aprobadas por el gobierno (y por tanto también la Asociación Patriótica Católica) desarrollen «una teoría religiosa del socialismo con características chinas».
Ante la renovación de los acuerdos Vaticano‒China
Primero adoptando la ideología marxista oficial del Partido, luego promoviendo los valores patrióticos en todas sus actividades.
En cuanto al alcance permitido de su acción, Xi cree que debe limitarse a los lugares de culto, mientras que «no deben interferir en la vida social», especialmente en la educación de los jóvenes, la que pertenece exclusivamente al Partido.
Aumento de la vigilancia sobre las religiones
La Conferencia enfatizó la tarea de las burocracias que tienen que ver con las religiones, las que podrían verse tentadas a actuar fuera de los cánones del marxismo.
Para ello, se enfatiza, «es necesario cultivar un grupo de cuadros del Partido y del gobierno que estén bien entrenados en la teoría marxista de las religiones, familiarizados con las prácticas religiosas y capaces de trabajar bien con los fieles religiosos, haciéndolos estudiar la visión marxista de las religiones, trabajo sobre las teorías y políticas religiosas del Partido Comunista y conocimiento de las religiones ”.
El marxismo, lejos de ser superado por el «modelo chino», sigue siendo su corazón. Y en este sentido, Xi también explicó que la «sinización» de las religiones (la meta marcada en 2015 y siempre perseguida desde entonces) no significa simplemente la infusión de valores y tradiciones chinas en todas las prácticas religiosas, sino solo las del Partido Comunista Chino.
Xi Jinping afirmó que
«se necesitan esfuerzos para alinear y guiar mejor a los fieles religiosos a trabajar juntos con la sociedad para hacer de China un gran país socialista moderno, desde todos los puntos de vista, y hacer realidad el sueño chino de renovación nacional»
La realidad de la persecución
En Asia News, Li Qiang no se hace ilusiones: «El control democrático sobre la religión no es más que la exacerbación de la represión religiosa por parte del régimen del Partido Comunista Chino (PCCh)».
Solo para mencionar los casos más recientes de represión contra la Iglesia católica, a pesar de la renovación de los acuerdos con el Vaticano en 2020:
- el obispo Shao Zhumin fue arrestado nuevamente y luego liberado
- Jia Zhiguo fue puesto bajo arresto domiciliario
- Monseñor Guo Xijin está teóricamente libre, pero la electricidad y el gas de su casa han sido cortados como forma de presión
- Monseñor Zhang Weizhou es sometido a sesiones de reeducación política.
Estos son algunos ejemplos de cómo el régimen pretende «alinear y guiar a los fieles religiosos para que trabajen junto con la sociedad para hacer de China un gran país socialista».
Fuente: La nuova Búsula Quitidiana
