El presidente del PP, Mariano Rajoy, impuso su autoridad para zanjar una nueva polémica en su organización sobre la conveniencia o no de recurrir la ley que permite el matrimonio entre homosexuales ante el Tribunal Constitucional. El líder del primer partido de la oposición tomó personalmente la decisión de presentar el recurso de inconstitucionalidad.

Poco después, fue Rajoy quien compareció ante los medios de comunicación para ratificar que la interposición del recurso es «una decisión que he tomado yo mismo interpretando el sentir de muchos españoles». Señaló la coherencia de esta decisión con la posición de su partido en contra de la ley, que siempre consideró que vulnera la definición que hace la Constitución del matrimonio.

El líder ‘popular’ expresó su convicción sobre la conveniencia de acudir al Constitucional para comprobar la legalidad de la norma. «Me cueste lo que me cueste, entre la ley y el oportunismo político, siempre estará por encima la ley», dijo. Así expresaba sus diferencias con Aguirre, que argumentó razones de «oportunidad política» para rechazar la presentación del recurso. El presidente del partido aseguró que respalda la opinión de la jefa del gobierno madrileño sobre la inconstitucionalidad de la norma y que la unión entre homosexuales no debe llamarse matrimonio, pero no suscribió sus argumentos de carácter político.