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Sida, preservativo, píldora y PUC

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Ver, juzgar, actuar

El SIDA es un verdadero drama, una epidemia siniestra, la peste mortal del siglo. Siega a los individuos que tienen comportamientos que la moral rechaza (droga, homosexualidad, vagabundeo sexual) y también a los inocentes hemofílicos, a recién nacidos, a los que han recibido una transfusión de sangre contaminada, etc..

El discurso oficial ha desarrollado un verdadero bombardeo publicitario para incitar a los jóvenes a usar el preservativo; los Papas condenan su uso; algunos miembros del clero son más laxos. ¿Entonces, qué pensar?

Algunas personas, que lamentan las costumbres relajadas de hoy, se dejan impresionar por este slogan tortuoso “qué podemos hacer: el preservativo es la única protección contra el SIDA; hay que impedir que los jóvenes mueran “…

Para no dejarnos carcomer el cerebro por la propaganda gubernamental a favor del preservativo y de la depravación, aquí presentamos algunas pistas de reflexión.

Hipocresía de la propaganda oficial

La prevención del SIDA es el pretexto para una extensa campaña, dirigida sobre todo a los jóvenes, tendiendo a trivializar el vagabundeo sexual.El móvil de todo este martilleo no es una preocupación de salud pública; se trata, por el contrario, de un acto ideológico que procede de una doctrina. Es la ideología freudiana, post sorbonniana y materialista, cuyo dogma principal busca que en ningún caso la revolución sexual, el libertinaje de las costumbres y la “evolución” sexual, vuelvan atrás.

Esta verdadera obsesión freudiana busca empujar cada vez más a los jóvenes por el camino del vicio. Y eso, suprema hipocresía, poniendo en riesgo su salud. He aquí dos pruebas:

1- Se oculta cuidadosamente que el preservativo no es un medio de protección segura.

Si los promotores de estas campañas tuviesen un mínimo de honradez y de preocupación real por la salud pública, declararían que el producto que promueven no deja de tener riesgos. Prefieren los peligros del uso del preservativo para no frenar el vagabundeo sexual.

Conviene aquí destacar que el preservativo no es seguro solamente por razones técnicas (porosidad, mala utilización), sino sobre todo por el cambio de comportamientos que acarrea.

En efecto, el individuo que, confiando en la protección del preservativo, comienza a dar libre curso a sus pasiones y a sus comportamientos desordenados, terminará pronto o tarde por ponerse en situaciones extremamente peligrosas.

La dinámica de las pasiones humanas, y especialmente del vicio, empuja al individuo a ir cada vez más lejos, queriendo experimentar con nuevas aberraciones ya que las antiguas no lo satisfacen.

Es lo que la sabiduría popular expresa con el proverbio “quien bebió, beberá”.

2 – La propaganda oficial se niega obstinadamente a hablar a los jóvenes de cualquier norma moral, de la menor retención sexual.

Si se da a elegir a los promotores de la inmoralidad entre enseñar un mínimo de Moral o arriesgar la vida de nuestros jóvenes, elegirán sin duda alguna la enfermedad, el SIDA, la muerte, antes que ver a la gente volver a un comportamiento un poco más conforme al Decálogo. ¡Es un dogma “tácito, pero enfático- que el libertinaje sexual no debe disminuir, incluso con riesgo de muerte!

Por esta razón, todas las campañas pro”preservativo no buscan sino trivializar, fomentar, promover e incitar al amor libre.

“Hay método en esta locura”

El empeño feroz del Gobierno en imponer la distribución masiva de la píldora a menores de edad y el anuncio de la vuelta de la pseudo educación sexual y otras cosas del género, muestran su obstinación.

Si agregamos la aprobación legal a las uniones homosexuales contenida en el Pacto de Unión Cívica (PUC), totalmente contradictoria con el pretexto que se alega para la distribución del preservativo, tenemos un cuadro de sistemática demolición moral de Chile. Y no se diga que el PUC es para resolver cuestiones legales y patrimoniales: lo que se busca es la aceptación social y la difusión de estas conductas protuberantemente desordenadas. De lo contrario, bastaría con emplear la legislación vigente.

El “Proyecto Marco de Derechos Sexuales y Reproductivos”, cuya aprobación consta del Programa de Bachelet,  señala en su artículo 15: “todas las personas tienen derecho a acceder a una educación integral para la vida afectiva y sexual desde temprana edad, posibilitando el bienestar, (…) y el ejercicio de la sexualidad en forma plena, libre e informada”. Y más adelante: «Es deber preferente del Estado orientar e informar sobre la sexualidad y reproducción (…) desde temprana edad»

Los jóvenes están ávidos de orientaciones

Los jóvenes son menos depravados que lo que se quiere hacernos creer. Entrando en la vida, están ávidos de orientaciones y necesitan normas, pero quienes deben darlas a menudo lo hacen mal, en forma tímida y vacilante, suponiendo que la juventud no los seguirá.

Se insiste mucho en ponerlos en guardia contra los excesos del alcohol, de la velocidad. Entonces, ¿por qué razones, la propaganda oficial se niega a advertirlos contra el vicio?

En los pocos casos en que gobiernos actuales acudieron, para combatir el SIDA, a la promoción de la castidad “perfecta para los solteros, y la fidelidad conyugal para los casados” se obtuvieron resultados notables; y en los muchos en que se confió en la difusión del preservativo, se cosecharon efectos catastróficos, agravando el problema que se pretendía combatir.

¿Y qué hacen entonces especialmente los gobiernos socialistas? -Concluir que por ningún motivo pueden hablar de castidad. ¡No vaya a ser que se resuelva el problema del SIDA y así se pierda el pretexto para incentivar la lujuria general.

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28/04/2005 | Por | Categoría: Anticoncepción

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