B.- Proyecto Marco de Derechos Sexuales y Reproductivos.

El Programa de Gobierno promoverá además todo tipo de experiencias sexuales y a partir de «la más temprana edad». Así lo estipula el Proyecto de Derechos Sexuales y Reproductivos, que será repuesto por el Gobierno (2). 

Para medir la radicalidad del Proyecto baste ver la definición de esos «derechos sexuales»: «adoptar libremente, sin ningún tipo de coacción o violencia, una amplia gama de decisiones como son la sexualidad y la reproducción». Esto significa: «decidir por sí mismo cuándo y con quién tener relaciones sexuales sin otro limite que la no trasgresión de la libertad sexual de otras personas. También conlleva el derecho de alcanzar el máximo placer tenga esta o no una finalidad procreativa» (3). Para el ejercicio de estos «derechos» el Estado proporcionará la información a los menores de edad sin contar con el conocimiento de sus padres (4).

C.- Proyecto de Ley “Establece medidas contra la discriminación”

El Programa establece que: «Apoyaremos el proyecto de ley antidiscriminación»(5). El Proyecto que «Establece medidas contra la discriminación» fue redactado con la colaboración del Movimiento de Liberación Homosexual con el objetivo de perseguir las actitudes y doctrinas contrarias a tales conductas. Si fuese aprobado, se podrá penar cualquier censura moral que sea en desmedro de la homosexualidad. «Acción Familia» tuvo oportunidad de mostrar a la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados que este Proyecto podrá desencadenar una verdadera persecución religiosa. (6). 

D.- En las sombras del Programa de Gobierno: el aborto

La candidata dijo no ser favorable al aborto. Sin embargo su Programa de Gobierno aprobará la Convención del CEDAW (7), que incluye entre las «discriminaciones contra la mujer» la prohibición del aborto. De hecho la Comisión Internacional encargada de velar por el cumplimiento de las cláusulas del CEDAW condenó al Estado Chileno por penalizar el aborto.(8) Por otra parte, la doctrina de los Derechos Sexuales y Reproductivos, según estudiosos del tema, incluye al aborto como un derecho de la mujer(9). 

Después de las elecciones el Senador Ominami declaró: «me parece una monstruosidad, y hablo por mí, que en Chile no exista el aborto terapéutico».(10) Dijo que hablaba por sí, pero nadie de sus filas le salió al paso para discordar.

Una pregunta dolorosa que se impone

Inevitablemente surge una pregunta en el interior de nuestras conciencias de católicos que formulamos con todo el respeto debido a las autoridades eclesiásticas: ¿los representantes de la Conferencia Episcopal Chilena que visitaron a la candidata electa y la declararon: «símbolo de paz y de reencuentro» y «signo de esperanza», conocían bien este Programa de Gobierno? Si no lo conocían, ¿no hubiera sido más prudente abstenerse de hacer esas declaraciones antes de conocerlo? Y si lo conocían ¿cómo se puede entender que se califique a la principal responsable por este Programa tan dañino para el bien común, como un «símbolo de paz y de reencuentro entre los chilenos»? 

Esta pregunta abre camino a otra que podrá determinar el futuro de la Familia en Chile, ¿cómo se comportarán los católicos frente a la aplicación de este Programa de Gobierno?

No podemos responder sobre el futuro, pero sí esperamos que las familias chilenas y las autoridades eclesiásticas, aunadas en su común misión de velar por el fortalecimiento de la célula básica de la sociedad, sepan reaccionar con todo el vigor que las circunstancias exigen. De esta sana e indispensable reacción dependerá, en gran medida, que el Gobierno consiga o no implantar sus reformas anti-familia.

Notas