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Acción Familia deplora profundamente la aprobación del divorcio

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Comunicado
La Asociación «Acción Familia» expresa su más profundo pesar por la muerte legal del matrimonio indisoluble, ocasionada por la reciente aprobación del divorcio vincular, y considera que esta fecha debería entrar en la historia nacional como un día de luto.

En efecto, se ha consentido en que las palabras de Nuestro Señor Jesucristo “lo que Dios ha unido no lo separe el hombre“ (Mt. 19, 6) sean transformadas en letra muerta para nuestras leyes, de modo que, de quienes son responsables de esto – sea por acción, tibieza u omisión – se puede decir que no confesaron, cuando fue necesario, el nombre de Nuestro Divino Salvador. Esto podrá redundar en que el Redentor, se avergüence de ellos ante el Padre Celestial. «Porque quien se avergüence de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles«. (Mc. 8, 38)

Es sintomático que muchos sectores de la izquierda hayan expresado de modo enfático su alegría por la nueva ley, pues ésta se viene empeñando desde hace décadas en destruir la familia. Así ahora lo van consiguiendo rápidamente, gracias, en gran medida, a la acción u omisión de numerosos parlamentarios católicos y de quienes deberían guiarlos, orientarlos y liderarlos en la ardua lucha legal a favor de los principios de la Iglesia.

Usando como pretexto las anulaciones fraudulentas, la ley introdujo en el Derecho y en la cultura del País la «unión precaria y desechable» entre el hombre y la mujer, pues bastará la voluntad de uno de los cónyuges, después de tres años de separación, para que el juez deba otorgar el divorcio, plazo éste que se reducirá a un año cuando ambas partes concuerden en pedirlo. Difícilmente se podría concebir un debilitamiento mayor para el Matrimonio, cuando muchos factores sociales confluyen para deteriorarlo, de modo que los efectos funestos de esto no tardarán.

Sin ir más lejos, esto sucede exactamente en el momento en que los mismos sectores que impulsaron la aprobación del divorcio se esfuerzan por implantar, en un plazo mayor o menor, la unión antinatural entre personas del mismo sexo, lo cual muestra que los enemigos de la familia no se detendrán hasta acabar con ella.

La aprobación del divorcio constituye, pues, un grave pecado nacional, acentuado por el hecho de que quienes lo presentaron y promovieron, se valieron para tal cosa del nombre de «cristianos». Si pretendieron, al actuar así, evitar los ataques de los enemigos de la Fe y de la Moral, no lo conseguirán, pues la única forma posible de enfrentar a éstos es denunciar sus fines nefastos y sus medios inescrupulosos.

Luis Montes Bezanilla          Juan Antonio Montes Varas

Santiago, 17 de marzo de 2004.

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17/03/2004 | Por | Categoría: Prensa

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