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Los mártires golpean a nuestra puerta (Podcast)

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En todos los tiempos y en todos los lugares del mundo la palabra martirio ha impactado.

El concepto está asociado a dos cosas que siempre impresionan. En primer lugar, el sufrimiento, llevado muchas veces hasta la muerte.

En segundo lugar, el hecho de que este sufrimiento es voluntariamente aceptado.

En las montañas de Qaraqosh vivieron y se santificaron incontables eremitas

Las dos cosas, ponen al mártir en un plano superior a los otros mortales, pues son pocos los que son capaces de dar su sangre de forma voluntaria.

Nuestro Señor Jesucristo quiso destacar esta entrega voluntaria diciendo que ella es la mejor forma de la amistad: “Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos”.

Quienes tuvimos la gracia de recibir formación católica, nos impresionamos de niños por los relatos de los mártires romanos. Mujeres, niños, jóvenes, soldados, etc. que eran arrojados al Coliseo para ser devorados por las fieras como un espectáculo para el corrompido pueblo romano.

La sangre derramada y la intrepidez con que estos primeros mártires cristianos enfrentaron a sus persecutores, fue una semilla de nuevos católicos. Tertuliano afirmó, en los primeros siglos de la Iglesia: “Sangre de mártires, semilla de cristianos”.

Muchos creíamos, sin embargo, que los tiempos de los mártires había pasado definitivamente en este mundo que dice buscar siempre el consenso y donde se habla tanto de la tolerancia.

Los acontecimientos que están ocurriendo con la población católica del Norte de Irak, nos está mostrando que estábamos muy equivocados. Los mártires existen, y están derramando su sangre precisamente en estos mismos días en que nosotros vivimos nuestra tranquilidad habitual.

Seguramente Ud. ya oyó hablar de los grupos fundamentalistas que están asolando la región católica de Mosul, de Qaraqosh y de otras localidades donde el catolicismo echó raíces en los primeros siglos de nuestra era. Son las más antiguas poblaciones católicas del mundo, y en ellas se rezaba la misa desde hace 2000 años.

Incluso algunos pueblos de la zona hablan el mismo dialecto en que Nuestro Señor Jesucristo predicó: el arameo, y se enorgullecen, con mucha razón, de hablar la misma lengua con que fueron pronunciadas las más altas, santas y suaves enseñanzas que la humanidad haya oído jamás.

Precisamente, esas poblaciones de católicos están siendo perseguidas en sus aldeas y sometidas a la siguiente opción: O apostatan de la Fe católica, o pagan un elevado impuesto, o abandonan todo, o los matamos.

La casi totalidad de la población a preferido partir de sus casas, dejando todo y llevando sólo lo puesto. Pero llevando la Fe, que da sentido a sus vidas.

Para evaluar lo que significa este sacrificio, póngase Ud. mismo estimado radioyente en esta situación. Imagínese que oyera fuera de su casa, los impactos de bala, los gritos, las amenazas, los heridos, etc. Que escuchara después que golpean a su puerta y que se encontrara con una banda de hombres armados hasta los dientes que le da esas opciones, y que Ud. debe decidir cuál de ellas tomar. Imagínese que en su casa hay personas mayores viviendo y que están delicadas de salud, o niños de poca edad que deberán salir a caminar en medio de un desierto que en el día llega a los 40° de calor.

Qaraqosh y otras localidades donde el catolicismo echó raíces desde los primeros siglos de nuestra era

Los ahorros de toda su vida, el lugar donde Ud. nació y vivió siempre, en donde están enterrados sus padres o abuelos, la escuela de sus hijos o nietos, los libros con que Ud. rezaba, todo, en un par de minutos, debe ser dejado de lado y comenzar a caminar. Si no, la muerte o la apostasía de su Fe.

¿No le parece que la opción es difícil y dura?

Sin embargo, en estas semanas ella ha sido puesta para más de cien mil personas, y en la casi totalidad, ha sido respondido: Preferimos perder todo a perder nuestra Fe. Y han salido a caminar en busca de algún apoyo, de algún techo donde cobijarse, con los suyos o han muerto defendiendo la religión.

Al respecto de este verdadero genocidio humano que está ocurriendo en estos días, la reacción de la opinión pública mundial ha sido bastante tibia y la de las potencias occidentales, casi indiferente.

Para medir esta indiferencia, imagínese qué sucedería si el caso, por absurdo, fuera al revés: católicos matando musulmanes. En el mundo entero no se hablaría de otra cosa, pero como las víctimas son católicas y cristianas, las reacciones son como delante de algo conocido y esperado.

Por eso mismo, el Patriarca católico de rito caldeo, Monseñor Raphael Sako publicó la semana pasada un llamado a Occidente que por la importancia que representa y por el poco eco que encontró en la prensa mundial, se lo leemos para su conocimiento.

“La muerte y la enfermedad se enseñorean en los niños y los ancianos entre las miles de familias de refugiados dispersas en la región kurda, que han perdido todo debido a los recientes acontecimientos trágicos; las milicias (musulmanas) Isis continúan su avance y las ayudas humanitarias son insuficientes.

“Hay por lo menos 70 mil cristianos desplazados en Ankawa, junto con los miembros de otras minorías religiosas en esta ciudad que tiene una población cristiana local de más de 25 mil cristianos. Las familias que han encontrado refugio en las iglesias o las escuelas están en condiciones satisfactorias, mientras los que siguen durmiendo en las calles o en los parques públicos están en una situación deplorable…

“Mientras tanto, crece exponencialmente la necesidad de los bienes de primera necesidad: vivienda, alimentos, agua, medicinas y fondos; falta coordinación internacional que se está desacelerando y limitando la aplicación de la asistencia efectiva a las miles de personas que esperan un apoyo inmediato.

“Para resumir la situación de los pueblos cristianos alrededor de Mosul y hasta las fronteras de la región kurda: ¡las iglesias se han vaciado y profanado; cinco obispos se encuentran fuera de sus diócesis respectivas, sacerdotes y monjas han abandonado las instituciones y misiones, dejando todo atrás, las familias han huido con sus hijos, y dejando todo tras de sí! El nivel de desastre es extremo.

“La elección de las familias de refugiados: emigrar: ¿dónde deben ir y con qué dinero y documentos?

“Permanecer: ¿en las tiendas de campaña y campamentos de refugiados, a la espera de que termine el verano y el invierno llegue? ¿Serán reabiertas las escuelas y los niños podrán asistir a la escuela primaria, y los más grandes a la escuela secundaria o la universidad?¿Cuál es el futuro de los bienes y activos que les pertenecen, junto con las obras del pasado, para estas miles de personas inocentes obligadas a huir en la noche de sus aldeas queridas?

“Hay preguntas que deben infligir un terrible dolor a la conciencia de cada persona o institución, porque realmente se debe hacer algo para salvar a estas personas, cuya historia tiene sus raíces en esta tierra desde el principio.

“* Raphael Sako, Patriarca caldeo de Bagdad, y presidente de la Conferencia Episcopal iraquí.”

Como Ud. ve amigo radioyente, los mártires existen en nuestros días. Unámonos a su sufrimiento por medio de una corta oración, o bien, ofreciendo un pequeño sacrificio físico o espiritual para obtener en algo el alivio de su abandono. ¿No le parece un buen acto para hacer en el día de hoy?

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23/08/2014 | Por | Categoría: Formación Católica
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