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Campanas que resuenan dentro de nuestro corazón

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Nostalgias de la inocencia y de las verdades eternas
La leyenda de la catedral sumergida

Algunas veces nos parece que tenemos, en lo más profundo de nuestro corazón, una ciudad sumergida, que todavía hace resonar persistentemente sus campanas: son nostalgias de la inocencia y de las verdades eternas

Un autor no católico, o más bien anticatólico, relata una leyenda bretona que explica profundamente la crisis de alma del hombre contemporáneo. El fue uno de los hombres que más atacaron la divinidad de Cristo y el carácter revelado de la fe católica en el siglo XIX.

La inocencia y el sentido de lo maravilloso

Su nombre es Ernest Renan y, aunque hoy es poco conocido fuera de Francia, fue realmente famoso en su día a causa de sus escritos racionalistas y ateos. Era un intelectual brillante que perdió la fe católica en el Seminario, mientras estudiaba la exégesis alemana moderna y racionalista de la Biblia. Al final de su vida -dedicada casi por completo a luchar contra la Fe Católica- Ernest Renan escribió en el prefacio de sus memorias lo siguiente:

La leyenda de la catedral sumergida

«Una de las leyendas más conocidas en Bretaña -está hablando de su Bretaña natal francesa- es la de la legendaria ciudad de Is que, en una época desconocida, había quedado sumergida en el océano. En los días de tormenta, dicen que en las cavidades formadas por las olas, se ven las flechas de las torres de la iglesia. En los días tranquilos, se oye subiendo del abismo el sonido de sus campanas, cantando el himno del día.

«A menudo me parece que tengo en lo más profundo de mi corazón una ciudad de Is, que todavía hace resonar persistentemente sus campanas para invitar a los fieles, que ya no las escuchan, a los rituales sagrados. A veces me detengo y tiendo mi oído hacia estas vibraciones temblorosas, que suenan para mí como procedentes de profundidades infinitas; como voces de otro mundo. Habiendo llegado a mi vejez, tengo el placer de recoger, durante los días de vacaciones de verano, este eco remoto de una Atlántida desaparecida».

Una nostalgia de la inocencia

Creo que podemos aplicar literalmente la descripción de Renan, de su nostalgia de los antiguos días de su infancia inocente, a los profundos sentimientos de nuestra post-moderna y desencantada generación. La única diferencia es que el sonido de las campanas en sus almas no viene de una Atlántida perdida, sino de la nostalgia de las verdades eternas de la Iglesia viva, de nuestro Dios eterno.

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20/11/2023 | Por | Categoría: Formación Católica
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