Chinos se oponen a expropiación por el Estado.

Autoridades locales en China están usando medios brutales para expropiar a gente común para aprovechar el boom de la construcción. Algunos ciudadanos desesperados se han suicidado, otros están dispuestos a defender su propiedad con la vida.

Es lo que informa la revista alemana “Der Spiegel”.

Los procedimientos de los funcionarios comunistas incluyen persecuciones suficentes para quebrar los nervios de sus víctimas. Los funcionarios municipales urbanos también aprovechan de confiscar propiedades en beneficio propio.

«Tuve que quedarme mirando mientras los tractores demolían mi propiedad«, dijo el empresario Gu Kui. Centenares de policías, fuertemente armados, acompañados de matones vestidos de civil, aparecieron en el lugar trayendo también ambulancias como precaución, recuerda Gu.

Al este de China, en la ciudad de Zhengzhou, una mujer de 45 años fue muerta cuando una excavadora la arrastró desde el piso superior de su restaurante, donde ella se había refugiado para proteger su propiedad.

Yang Youde, plantador de melones y algodón, criaba peces en los alrededores de Wuhan. Actualmente la maleza ha invadido sus campos de cultivo y casi todos los peces de su gran lago murieron de hambre.

En agosto de 2009 Yang presentó una petición a la Justicia contra la confiscación de su campo. Fue su perdición: la policía lo arrastró a una de sus siniestras «prisiones negras», donde quedó detenido durante 51 días.

«Me colgaron por las manos y me quemaban con cigarrillos«, contó Yang. El continúa defendiendo su propiedad con lo único que le restó: su propia vida, informa «Der Spiegel».

La rebelión va creciendo contra el capitalismo de estado chino -o comunismo- y el gobierno central trata de moderar las violencias temiendo que los millares de rebeliones populares localizadas se transformen en un movimiento más amplio de rechazo al régimen socialista.

¿Donde están los defensores de los derechos humanos?