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Juan Antonio Montes, director de la agrupación

Miércoles 24 de marzo de 2004

Carlos Vergara

Una propuesta de permitir el libre discernimiento en torno a la orientación sexual, tiene a la entidad con los nervios de punta.
Aterrado por el «derecho de orientación sexual», postulado por el gobierno brasileño ante la ONU para que sea incluido entre los derechos humanos universales, el director de la conservadora agrupación Acción Familia, Juan Antonio Montes, levanta la voz para poner en claro sus argumentos.

«Implícitamente, por tanto, se aceptan como legítimas toda especie de aberraciones. En este sentido, ya existe un proyecto de ley en nuestro país que pretende introducir en la legislación chilena tal concepto, en virtud del cual todas las aberraciones morales u orientaciones sexuales deben ser no sólo respetadas, sino que protegidas por el Estado», alega.

-¿Cómo contraviene ello los valores que usted intenta salvaguardar?

-El pilar básico de la sociedad es la familia. Sin una familia estable, basada en el matrimonio monogámico, indisoluble y fecundo, la sociedad civilizada se deteriora rápidamente, rumbo a su disolución. Se abre el camino a la ley de la selva, donde manda el más fuerte o el que menos quiere que la familia se mantenga unida.

-¿Y qué problema hay con que alguien pueda optar por su orientación sexual?

-Si la opción sexual fuese un derecho humano, como pretenden, entonces también sería un derecho el mal llamado matrimonio homosexual y la adopción de menores por partes de esas uniones.

-¿Quiénes están detrás de este complot gay, señor Montes?

-Creemos que el lobby homosexual chileno no sólo es nefasto, sino también cuantitativamente insignificante, porque son muy pocos los que se atreven a ver cualidades en la sodomía. Sus nombres aparecen continuamente en la prensa. Sólo consiguen tener repercusión pública gracias a la acogida que les proporcionan el Gobierno, los parlamentarios de la Concertación y algunos diputados de la oposición.

-Usted le mandó una carta a la canciller alertándola de esto. ¿Cuál fue la respuesta?

-El silencio del Gobierno y de la ministra hace ver que las autoridades saben perfectamente que la mayoría de los chilenos no quiere la legalización de las uniones homosexuales. De lo contrario, habrían hecho pública su posición de que apoyarán la moción a favor de las opciones sexuales en la ONU y habrían intentado refutar los argumentos de Acción Familia. Si esa moción es aprobada, entonces dirán que quienes no la querían no lo dijeron a tiempo. Después comenzará la presión de la ONU a favor del pseudo matrimonio homosexual.