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Carta a Senadores contra el divorcio

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Acción Familia envía carta a Senadores pidiendo coherencia con sus principios católicos al votar el proyecto de divorcio

Santiago, 19 de junio del 2003

Sr. Senador

De nuestra consideración:

Como Ud. recordará varios miles de simpatizantes de «Acción Familia» se dirigieron al Senado, en el mes de septiembre del año pasado, manifestando su rechazo a la introducción del divorcio vincular en la nueva ley de matrimonio civil actualmente en trámite.

Otras iniciativas legales, presentadas con posterioridad, y un importante documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe, sobre los deberes de conciencia de los católicos que actúan en política -cuyo texto anexamos a la presente- nos llevan a dirigirnos nuevamente a Ud.

1. “ El pasado 16 de enero, la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe publicó la «Nota Doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los católicos en la vida pública», en la cual definió importantes criterios que los legisladores católicos deben seguir.

El documento vaticano estableció: «la conciencia cristiana bien formada no permite a nadie favorecer con el propio voto la realización de un programa político o la aprobación de una ley particular que contenga propuestas alternativas o contrarias a los contenidos fundamentales de la fe y la moral» (cf. Ib. Id. II, 4), situación en la cual se encuentra comprendida la actual reforma de matrimonio civil.

Más aún, según lo dicho por uno de los miembros del Senado, el divorcio “que, para ser concedido, requerirá la voluntad de una sola de las partes” transformará el matrimonio, de suyo indisoluble, en un compromiso más frágil que «un contrato de arrendamiento».

La ya citada Nota Doctrinal afirma: «debe ser salvaguardada la tutela y la promoción de la familia, fundada en el matrimonio monogámico entre personas de sexo opuesto y protegida en su unidad y estabilidad, frente a las leyes modernas sobre el divorcio (…) Cuando la acción política tiene que ver con principios morales que no admiten derogaciones, excepciones o compromiso alguno, es cuando el empeño de los católicos se hace más evidente y cargado de responsabilidad». (Cf. Ib. Id. II, 4).

La Nota incluye entre las leyes que violan las «exigencias éticas fundamentales e irrenunciables» a las que introducen el divorcio, el aborto y las uniones homosexuales. El alto Dicasterio de la Santa Sede enseña: «Sería un error confundir la justa autonomía que los católicos deben asumir en política, con la reivindicación de un principio que prescinda de la enseñanza moral y social de la Iglesia» (cf. Ib. Id. III, 6).

2. – Como es de su conocimiento, el divorcio no es sino el primer paso en el proceso de demolición de la familia. A él le han seguido en todos los países donde se ha aprobado, otras leyes inmorales, como el aborto y el reconocimiento de las uniones homosexuales.

En efecto, según la lógica del supuesto «derecho a rehacer la vida», que alegan los divorcistas, está también el imaginario «derecho a no tener hijos», pues éstos podrán estorbar las futuras uniones. Confirmando esta constante, ya fue presentado en la Cámara de Diputados, el pasado 23 de enero, el proyecto de ley llamado de «aborto terapéutico» (cf. Boletín No 3197-11).

Además, si, para instaurar el divorcio, se invoca la «felicidad de los cónyuges», al margen de las normas morales, ¿por qué entonces limitar esa supuesta «felicidad» sólo a las uniones heterosexuales, «discriminando» a las uniones homosexuales? Siguiendo esa falsa lógica, que rechaza el acatamiento de la ley a los principios morales y al orden natural, parlamentarios de distintas bancadas, acaban de anunciar que presentarán un proyecto para reconocer legalmente las uniones contra natura. (cf. «El Mercurio», 3 de junio del 2003).

3. – Por todo lo anterior, los senadores católicos que hoy abran las puertas al divorcio vincular, no sólo violarán la integridad del matrimonio indisoluble, sino también favorecerán que mañana se niegue a incontables chilenos el derecho a nacer y estarán contribuyendo a la legalización de las uniones homosexuales, todo lo cual es obviamente incompatible con la conciencia católica.

Esa exigencia de rechazar tales iniciativas se aplica, no sólo a los católicos, sino también a los demás legisladores. El Arzobispo Mons. Tarcisio Bertone, ex Secretario de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, al dar a conocer el citado documento, afirmó: «… la exigencia que viene subrayada en esta Nota Doctrinal es de una coherencia con el núcleo fundamental de los criterios éticos que valen, no sólo para los católicos, sino para todos, para creyentes y no creyentes. Se trata de una concepción de la sociedad a medida del hombre, a medida de los principios éticos de los cuales no se puede prescindir» (cf. «Radio Vaticana, Radiogiornale/ El Papa y la Santa Sede, 16 de enero 2003).

Por todas las razones anteriores, por el bien de Chile, de la Familia y de su conciencia de católico, le pedimos que se oponga activamente a la aprobación del proyecto de ley de divorcio vincular.

Sin otro particular, hacemos propicia la oportunidad para saludarlo con nuestra alta consideración,

Atentamente

Luis Montes Bezanilla         Juan Antonio Montes Varas

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19/06/2003 | Por | Categoría: Divorcio
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