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Políticos abortistas deben hacer penitencia pública

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El jefe del Tribunal Supremo del Vaticano, afirmó que los políticos abortistas deben hacer penitencia pública.

En su discurso el 15 de Octubre, en el Congreso Mundial de Oración de Vida Humana Internacional, en Roma, el arzobispo Raymond L. Burke fue aplaudido cuando afirmó que los políticos católicos que apoyan el aborto deben arrepentirse públicamente, afirmó la agencia canadiense LifeSiteNews.

Hablando ante los líderes antiaborto de 45 naciones, el prefecto de la Signatura Apostólica (el tribunal más alto del Vaticano, equivalente a la Corte Suprema) observó también que esos católicos disidentes que reconocen el escándalo causado en público deberán reparar el grave mal hecho a la Iglesia.

El arzobispo Burke destacó que “tanto los Obispos cuanto los fieles” deben ser obedientes al Magisterio -que definió como la enseñanza de Cristo trasmitida al pueblo a través del sucesor de Pedro y por los obispos en unión con él.

Cuando los pastores del rebaño confiado a ellos son obedientes al Magisterio, entonces ciertamente los miembros de esa rebaño crecen en la belleza y avanzar junto con Cristo por el camino de la salvación«. «Si el pastor no es obediente, agregó, se introduce fácilmente la confusión y el error en el rebaño«.

El presidente del Tribunal Supremo de la Iglesia, que es miembro también de la Congregación para los Obispos, agregó:

«El más trágico ejemplo de falta de obediencia en la fe, inclusive por parte de ciertos Obispos, fue la respuesta de muchos a la Carta Encíclica Humanae Vitae del Papa Paulo VI, publicada el 25 de julio de 1968. La confusión que resultó empujó a mucho católicos a seguir costumbres pecaminosas en materias relativas a la procreación y a la educación de la vida humana«.

Graves consecuencias de la no condenación clara de los atentados contra la vida y contra la familia por parte de Obispos.

La Humanae Vitae reafirmó la enseñanza inmemorial cristiana contraria al uso de los anticonceptivos artificiales.

«Sin embargo, después de su publicación la Encíclica fue repudiada por muchas personas dentro de la Iglesia Católica, incluyendo Sacerdotes y Obispos, que pensaban que la Iglesia cambiaría su posición sobre la anticoncepción«.

Volviendo a la cuestión del escándalo dentro de la Iglesia, el arzobispo dijo:

«Vemos que autoproclamados católicos, por ejemplo, sustentan y apoyan el derecho de la mujer a provocar la muerte del niño en su seno, o el derecho de dos personas del mismo sexo a ser reconocidas por el Estado en pie de igualdad con el matrimonio de un hombre y una mujer. No es posible ser católico practicante y actuar públicamente de esa forma«.

Arrepentimiento de los abortistas debe ser público.

En medio de estruendosos aplausos el arzobispo Burke explicó:
«Cuando una persona defendió públicamente y colaboró con graves actos pecaminosas, llevando a muchos a la confusión y al error en cuestiones fundamentales que dicen respecto a la vida humana y a la integridad del matrimonio y de la familia, su arrepentimiento también debe ser público«.

El Prefecto de la Signatura Apostólica, expresó enseguida una preocupación que impresionó a los activistas católicos antiaborto presentes en la conferencia:

«Una de las ironías de la actual situación -dijo- es que las personas que denuncian el escándalo provocado por acciones públicas gravemente pecaminosas, practicadas por colegas católicos, son acusados de falta de caridad y de causar divisiones en el seno de la unidad de la Iglesia«.

«Se ve la mano del padre de la mentira actuando por detrás de este menosprecio de la gravedad del escándalo o en el ridículo con que son censurados aquellos que denuncian el escándalo«.

La unidad de la Iglesia, realizada en la verdad y en el amor, exige denunciar a los promotores de escándalos como el aborto y el «matrimonio» homosexual”.

El prelado del Vaticano concluyó diciendo:

«Mentir o no decir la verdad jamás es señal de caridad. La unidad que no está fundada sobre la verdad de la ley moral no es la unidad de la Iglesia. La unidad de la iglesia está fundada en la profesión de la verdad con amor.

«La persona que denuncia el escándalo provocado por católicos, con acciones públicas gravemente contrarias a la ley moral, no sólo no destruye la unidad de la Iglesia, si no invita a reparar lo que es claramente una violación grave de la vida eclesial.

«Si no denunciara el escándalo, que consiste en el apoyo público a los atentados contra la vida humana y la familia, la conciencia del católico estaría siendo deformada o entorpecida a respecto de las más sagradas realidades«.

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22/10/2010 | Por | Categoría: Aborto
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