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El Programa de Gobierno – Bachelet y la Familia

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BacheletComienza el cuarto Gobierno de la Concertación y es natural preguntarse qué consecuencias tendrá para la institución de la Familia.

Los pronósticos en una época como la nuestra, marcada por el caos, no son fáciles de hacer. ¿Cómo prever el rumbo de una nave en medio de una tormenta? ¿Naufragará, llegará a puerto, se desviará de su ruta? Dependerá de las circunstancias que enfrente y del comportamiento de la tripulación. Sin embargo,conviene hacer una previsión.

El Profesor Plinio Corrêa de Oliveira, decía que «en materia política, prever es ver y quien no prevé es ciego lo más importante no es hacer ocurrir lo que se quiere que ocurra, sino entender lo que está ocurriendo». Y esto para intentar remediar la situación.

¿Más de lo mismo?

Se ha dicho que este nuevo Gobierno de la Concertación significaría, «más de lo mismo». Es verdad, pero sólo en parte. Hay notables diferencias entre el período de Gobierno que termina y el que está comenzando, pues Lagos fue elegido por un pequeño margen y con un Parlamento adverso; mientras que Bachelet obtuvo ventaja electoral más amplia y un Parlamento mayoritariamente favorable. Esto le dará más seguridad de que sus Proyectos sean aprobados, contando además con los clásicos «compañeros de ruta» de la oposición. De este modo tendrá un margen de maniobra mucho mayor del que tuvo Lagos. 

Por otro lado Lagos fue el primer Presidente heredero de la UP que subía al Gobierno después de la trágica experiencia de Allende. Necesitaba demostrar que el socialismo había cambiado, que podía ser exitoso sin renunciar a sus principios igualitarios. En una palabra debía legitimarse delante de la opinión pública y hacerle olvidar los «fantasmas» del período 70-73. El tuvo que comenzar con cautela, paso a paso. Debió contentar a los empresarios, tranquilizar a la oposición; en una palabra, vestir a la UP de seda. Y, a costa de tiempo, propaganda y de su perfil decimonónico, consiguió «legitimar» a la UP y hacer olvidar esos «fantasmas».

«Propondremos legislar para entregar estabilidad jurídica básica a las parejas de hecho, independientemente de su composición…»

Bachelet sube sin tener que legitimarse ni justificarse. Heredera de un Gobierno «exitoso», tiene a su favor algo que hoy pesa más que cualquier argumento racional: una empatía que Lagos no tenía. No se recuerda que las autoridades eclesiásticas hayan hecho a Lagos los elogios que hicieron a Bachelet al referirse a ella como «símbolo de paz y de reencuentro entre los chilenos» y «signo de gran esperanza», al tiempo de «expresar la alegría» por la elección.

Todo parece indicar que los vientos soplan en sentido muy favorable para que esta nave pueda llegar de modo rápido y sin mayores tropiezos a su puerto de destino.

¿Cuál es ese puerto de “paz, reencuentro y esperanza”?

El Gobierno Lagos prometió «crecimiento con equidad». Este nos promete «equidad sin discriminación». La preocupación por el «crecimiento» parece haber quedado en el camino. Estando los empresarios contentos y adormecidos, ya no se necesita emplear la anestesia. 

La igualdad sin discriminación, se refiere principalmente a la esfera cultural y está claramente precisada en el «Programa de Gobierno 2006-2010». El Programa consigna como prioritarios tres Proyectos de Ley que, junto con la aprobación del CEDAW, nos indican el puerto al cual se quiere que arribe la sociedad chilena (1)

A.- Proyecto de Uniones de Hecho o PACS

Sobre los «matrimonios homosexuales», Bachelet declaró que era favorable a la fórmula francesa. Esta fórmula conocida como PACS (Pacto Civil de Solidariedad) es la antesala de los «matrimonios» homosexuales. En efecto, el Programa 2006-2010, en su capítulo dedicado a «las Minorías sexuales», estipula: «Propondremos legislar para entregar estabilidad jurídica básica a las parejas de hecho, independientemente de su composición y regular la adquisición de bienes comunes, derechos hereditarios, cargas y beneficios de seguros, entre otras materias civiles». Esto quiere decir que se dará a las parejas de homosexuales los mismos derechos de la familia. Nótese que la enumeración no es exhaustiva pues concluye con una fórmula genérica: «entre otras materias civiles», lo que bien puede incluir la adopción de niños por parte de esas «parejas». Además estas parejas pueden estar constituidas por grupos de tres, cuatro o más personas, así como por bi, trans, homo u heterosexuales. El Programa precisa que no se preocupará de «su composición», pero sí de otorgarles reconocimiento jurídico. 

No contento con equiparar la familia a cualquier tipo de uniones, el Gobierno promete promover en las escuelas una educación sexual que valore las uniones homosexuales: «Incorporaremos en las mallas curriculares contenidos específicos sobre educación sexual, enfatizando el respeto a las minorías sexuales» (entiéndase homosexuales).

El Programa de Gobierno promoverá además todo tipo de experiencias sexuales y a partir de «la más temprana edad».

Promete asimismo perseguir a los estudiantes que no valoren las conductas homosexuales: «Crearemos al interior del Ministerio de Educación una instancia de protección y asistencia para alumnos y alumnas afectados por prácticas discriminatorias», o sea una especie de inquisición laica que «protegerá» a los homosexuales castigando obviamente a quienes censuren esas prácticas.

Estas propuestas fueron incorporadas al Programa por sugerencia del Movimiento de Liberación Homosexual (MOVILH), el cual pasará a ser una especie de policía paralela para denunciar cualquier infracción en esta materia.

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15/03/2006 | Por | Categoría: Revolución Cultural

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