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Civilización cristiana, ¿la sociedad humana ha realizado este ideal de perfección?

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El hombre comprendió que todas las cosas deben dirigirse a Dios como a su fin para que habiendo salido de Él, a Él volvamos algún día. De este principio y fundamento surgió renovada la conciencia de la dignidad humana, y los corazones recibieron el sentimiento de la fraternal caridad de todos.

Estas imágenes nos traen un poco del encanto de la vida en lo que restaba de la Civilización cristiana

El hombre contemporáneo, perdido en un laberinto de ideas y de hábitos de vida contradictorios, sufre -muchas veces sin percibirlo- la angustia de quien siente que no ha encontrado el sentido de su vida. Esto se refleja directamente en la sociedad como un todo.Veamos el remedio que nos presenta la milenaria sabiduría de la Iglesia, por boca de uno de sus pontífices.

Después de la Redención y la fundación de la Iglesia,

«despierto el hombre de aquel mortífero y continuo letargo en que yacía, vio la luz de la verdad tan deseada que buscaron en vano siglos y siglos; desde luego conoció que había nacido para unos bienes más altos y seguros que los que se perciben con los sentidos frágiles y pasajeros, y en los cuales había puesto el fin de todos sus pensamientos y cuidados.

«Conoció también que ésta era la constitución de la vida humana, que esta era la ley suprema y que todas las cosas deben dirigirse a Dios como a su fin para que habiendo salido de Él, a Él volvamos algún día.

«De este principio y fundamento surgió renovada la conciencia de la dignidad humana, y los corazones recibieron el sentimiento de la fraternal caridad de todos.

¿Qué son la cultura y la civilización cristianas?

“Entonces los deberes y los derechos, como era consiguiente, en parte fueron perfeccionados y en parte constituidos íntegramente, y a la vez, las virtudes se exaltaron hasta un punto que no lo pudo nunca sospechar siquiera ninguna filosofía; y de aquí que las ideas, las costumbres y la conducta de la vida tomaran otro rumbo, y cuando el conocimiento del Redentor hubo afluido copiosamente, y su virtud, que excluye la ignorancia y los antiguos vicios, se hubo fundido en las íntimas arterias de los pueblos, entonces se obtuvo aquella mudanza de cosas de las gentes que, adquirida por la humanidad cristiana, cambió radicalmente la faz de todo el orbe».

León XIII, de la encíclica «Tametsi futura prospiscientibus», 01-XI-1900

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05/01/2024 | Por | Categoría: Ideal de sociedad
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