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Tener ojos para saber ver

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Una familia de campesinos en su hogar
Lo que me impresiona en la actitud de estos campesinos, es su extraordinaria dignidad. Le Nain [Louis ( ?)] – Famille de paysans dans un intérieur – 1642

Los ambientes, las músicas, los objetos, y en general todo cuanto nos rodea, son susceptibles de ser penetrados por los más altos principios de la filosofía y de la religión, influyendo a fondo en las mentalidades.

En su sección Ambientes Costumbres, Civilizaciones, Plinio Corrêa de Oliveira, nos hace ver que en la vida de todos los días, los ambientes, músicas, objetos, y en general todo cuanto nos rodea, es susceptible de ser penetrado por los más altos principios de la filosofía y de la religión, influyendo a fondo en las mentalidades.

Es decir, las cosas nos transmiten mensajes, que muchas veces por prisa o desinterés no sabemos percibir, y que sin embargo nos afectan positiva o negativamente.

Análisis de lo que nos rodea

Se trataría entonces de tener ojos para saber ver y analizar esas cosas.

Fue lo que sentí cuando leí este comentario sobre un famoso cuadro, que se lo dejo para su reflexión.

Familia de campesinos en un interior por Le Nain, Por Jean-Yves

Un hombre, dos mujeres, seis niños, un perro y un gato se encuentran en una habitación común de una casa. El mayor de los niños toca la flauta.

Este cuadro, lo he podido ver, numerosas veces, en mis libros escolares de Historia. Cada vez, se utilizaba para ilustrar la condición campesina deplorable bajo el Antiguo Régimen. Y porque la época no se prestaba a enunciar una crítica, no osé nunca decir que este cuadro no me parecía conciliarse con esa temática.

Este cuadro puede verse en el Museo del Louvre. La primera vez que lo he descubierto “en verdad”, fui seducido por su belleza y también tranquilizado viendo que mi presentimiento no era injustificado: la miseria de los campesinos no es el tema de este cuadro.

Porque lo que me impresiona en la actitud de estos campesinos, es su extraordinaria dignidad. La mayor parte parece mirarme a los ojos, al punto de provocar en mí un malestar: ¿Cómo debo aproximarme a ellos con esta misma simplicidad de corazón que ellos me ofrecen?

Una pobreza sin miserabilismo

Si Le Nain trata de la pobreza, lo hace sin miserabilismo. Para convencerse de ello, es suficiente observar esa copa llena de vino con su pie tan frágil; sentir como la música resuena en el cuerpo de este pequeño flautista; observar a este anciano, en segundo plano, con su singular presencia; notar este gatito inmóvil y atento al lado de la olla…

La pobreza desaparece detrás de cada una de las miradas. Le Nain ha conseguido la proeza de componer un cuadro que me obliga a ser plenamente lo que yo soy y no aquello que creo ser.

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12/01/2024 | Por | Categoría: Ambientes Costumbres
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