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Apoteosis en la beatificación de 188 mártires japoneses

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Multitud de fieles asisten a la ceremonia de beatificación de los Mártires japoneses

En Noviembre pasado, treinta mil personas asistieron en Nagasaki a la beatificación de 188 mártires católicos, muertos entre 1603 y 1639.

Después del comienzo de la evangelización de Japón, hecha por San Francisco Javier, el número de los católicos creció admirablemente.

En 1614, el shogun pagano Tokugawa expulsó a los misioneros; cerró las fronteras del país a los extranjeros; prohibió el Catolicismo y mandó exterminar a las fieles.

Un samurai católico porta el rosario en el cuello

Millares de católicos de todas las clases sociales, inclusive de samurais, fueron decapitados, crucificados o quemados vivos. Privados de sacerdotes y de iglesias por más de dos siglos, muchos católicos perseveraron en su fe.

En 1873, cuando las fronteras de Japón fueron nuevamente abiertas al occidente, los misioneros católicos encontraron a 26.000 descendientes de los «cristianos escondidos».

Se cuenta que cuando los misioneros abrieron las iglesias, los católicos japoneses les preguntaban si creían en la Sagrada Eucaristía, si creían en el papel de la Santísima Virgen en la Redención, y si eran fieles al Papa. Cuando obtenían respuestas favorables a estas preguntas, exclamaban: «Entonces tu corazón es semejante al nuestro«.

Hoy los católicos japoneses son alrededor de 500.000 y pertenecen sobre todo a las clases más cultas. A pesar de ser una minoría, en comparación con la población de Japón, los católicos son muy respetados allí.

El infierno intentó todo lo que pudo para extinguir el Catolicismo nipón, pero no lo consiguió.

Hoy, el progresismo trata de destruir la Iglesia por dentro, pero al final se verificará esos intentos fueron vanos y que la Iglesia resurgirá con nuevos esplendores.

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22/12/2008 | Por | Categoría: Formación Católica

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