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Nuestra Señora del Carmen, Reina de Chile, Patrona y Generala de las FFAA (Podcast)

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El 16 de Julio celebramos la Fiesta de la Patrona de Chile, la Virgen del Carmen. Tanto hemos oído hablar desde nuestra niñez que Ella es la Reina de Chile y la Generala de las FFAA, que esos títulos se grabaron en nuestra memoria.

Sin embargo, a primera vista, quien los analiza podría encontrar que existe una contradicción entre ser Madre y ser Reina.

En efecto, la Madre es aquello que tenemos más cercano, casi diríamos más a la mano. Con la madre uno no tiene “etiquetas” ni “protocolos”.

Al contrario, la Reina no es una persona de nuestra intimidad, y lo natural de quien trata con una Reina es que con ella se tenga las cortesías, el respeto, los protocolos y las maneras que son propias a una Reina.

¿Cómo entonces se concilia en nuestra devoción ambos títulos de Reina y Madre?

Comencemos por explicar el que es más fácil: Madre.

La Virgen del Carmen es Madre a varios títulos de todos nosotros. En primer lugar por ser Ella la Madre de Aquel que siendo Dios quiso encanarse en su seno purísimo para ser igual a nosotros en todo, menos en el pecado.

Siendo Madre del Primogénito por excelencia, que es Nuestro Señor Jesucristo, cabeza de la Humanidad, nos generó a todos nosotros que somos los miembros de su Cuerpo Místico.

La Virgen, al generar la cabeza, que es Su Divino Hijo, generó también los miembros de la Iglesia, que somos todos los bautizados. Por esta razón, San Luis María Grignion de Montfort, gran devoto de la Santísima Virgen, decía que quien no tiene a María por Madre no tiene a Dios por Padre.

Ella es también Madre, porque al ser llamada por Dios para sufrir al pie de la Cruz los padecimientos indecibles de ver a Su Hijo crucificado por causa de nuestros pecados, pagó, a título de corredentora, un suplemento del rescate que obtuvimos por los merecimientos infinitos de su Divino Hijo y que nos abrió las puertas del cielo.

Esa maternidad de María fue confirmada a los pies de la Cruz en la persona de San Juan, cuando “Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dijo a su madre: «Mujer, he ahí a tu hijo». Y Luego dijo al discípulo: «He ahí a tu Madre»”.

Finalmente decimos que Ella es Madre, porque nos acompaña en todas las dificultades de nuestra vida e intercede delante de Dios Padre para obtenernos las gracias necesarias para la santificación de nuestras almas, e incluso para las resolver nuestros más pequeños problemas. Como a una Madre a Ella no sólo le confiamos nuestras dificultades mayores, sino que le participamos también nuestras penas y alegría.

Esto está claro, me podrá decir algún radioyente, pero ¿y el título de Reina, no le quita algo de la cercanía que Ella tiene junto a los más pequeños?

Al contrario, la visión de una reina lejana y autoritaria, es una visión falsa del papel que corresponde a las Reinas.

Siendo Dios infinitamente perfecto, santo y justo, quiso colocar entre Él y nuestra pequeñez a una criatura que, estando concebida sin pecado original, tuviera nuestra misma naturaleza humana, y que al mismo tiempo estuviera muy cerca de Él.

El papel de las reinas es precisamente el de interceder delante del Rey, suprema autoridad del Estado, para aplacar su justicia y para que, por así decir, podamos tocarlo por su lado débil, que es la Santísima Virgen María.

El mismo santo mariano, Luis Grignion de Montfort, decía que lo que nosotros damos a Dios, tiene el valor de una manzana, (en ese tiempo la manzana era lo más humilde que alguien podría ofrecerle a otra persona). Ahora, la Virgen toma la manzana que nosotros ofrecemos, la purifica de nuestros defectos, la coloca en una bandeja de oro y la presenta a su Divino Hijo, Rey de Reyes y Señor de Señores. Y Él, viendo más la pureza y santidad de quien la ofrece, de que la pobreza del regalo, no sólo lo acepta, sino que nos concede las gracias que le imploramos.

De ahí, que a nadie le llame la atención que la Virgen del Carmen esté en lo alto de los altares, regiamente vestida con el hábito café y portando su aurea corona. Nadie se siente intimidado delante de sus imágenes. Al contrario, ellas nos estimulan para rezar con más devoción y confianza porque sabemos que por su poderosa intercesión seremos atendidos por Dios.

¿Y Generala? Me preguntará Ud. ¿El título de Generala no se refiere a batallas, a guerras y a muerte? ¿Cómo puede entonces llamarse de Generala a Aquella que es Reina de la Paz y Madre de quien es la Vida? ¿Cómo entonces la veneramos como Generala de nuestras FFAA?

La respuesta es muy fácil. La Iglesia nos enseña por boca de Job, que esta vida es milicia. Es decir que estamos aquí en la tierra para combatir un buen combate. Y en primer lugar nuestros enemigos son: el demonio, padre de la mentira; el mundo con sus pompas y falsas promesas y la carne con sus tentaciones. Contra estos tres enemigos debemos estar permanentemente en lucha.

No olvidemos que San Pablo se refiere al demonio como un león rugiente que está permanentemente a nuestro acecho para perdernos.

Pero no es sólo esto por lo que Ella es Generala. En este valle de lágrimas hay personas e instituciones, que están organizadas para destruir el plan de Dios en la Creación. Piense sólo en el proyecto de aborto que hoy se discute en Chile.

¡Y cuántos otros Proyectos y leyes que son lo contrario de aquello que Dios nos manda!

Delante de estos enemigos de nuestra santificación y de los planos de Dios para Chile, debemos recurrir a Aquella que es nuestra Generala, para que nos de la fuerza y la perseverancia como para no dejarnos engañar por el maligno, a pesar de que éste muchas veces se nos presenta recubierto de piel de oveja o con el nombre de “terapéutico”.

Y una vez que lo percibamos, no nos dejemos acobardar por él, sino que al contrario, pedirle a Aquella que es “brillante como el sol, bella como la luna y terrible como un ejército en orden de batalla”, que nos de la fuerza para combatir a sus enemigos.

Por este motivo la Armada española canta el 16 de Julio a su Patrona, la Virgen del Carmen el himno Salve Marinera.

***

Que estas consideraciones nos ayuden a recurrir siempre con más confianza a Aquella que es al mismo tiempo nuestra Madre, nuestra Reina y nuestra Generala, la Santísima Virgen del Carmen.

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16/07/2015 | Por | Categoría: Fiestas religiosas
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